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jueves, 16 de octubre de 2008

Tres metros...

Siguiendo con la mirada el segundero del reloj,
esperando que pasase el tiempo para volver a verle.
Concentrada en aquella cajita de cristal,
que marcaba el tiempo que nadie puede alterar.
Pasaba los días sentada en aquella habitación,
rodeada de las mismas cuatro paredes de siempre,
que le hacían la estancia confortable pero incómoda.
Escuchaba el tic-tac incesante de aquel viejo reloj
que le retumbaba en la cabeza como si de un taladro se tratase.
El calor que irradiaba la calefacción se le hacía insoportable,
abrió la ventana de par en par y con gesto grácil se sentó en el alfeizar.

Fuera hacía un frío, que se le antojó perfecto para aquella hermosa noche,
alzó la mirada hacia aquella perfecta y blanca luna llena.
Se quedó allí durante horas, perdida en algún punto de un cráter de la luna,
sintiendo cómo si él estuvies mirando al mismo lugar que ella mientras pensaba en sus ojos verdes y la extrañaba tanto como ella a él.
El gélido viento revolvía su oscuro y largo cabello
y le hacía más difícil la respiración.
Entonces bajó la mirada hacia el solitario parque, se veía muy triste con sus columpios moviéndose al son del viento.
Las risas de los niños habían sido sustituidas por el crujir de las ramas y ya nadie jugaba con la fría arena.
Entre toda esa soledad apareció una figura que se sentó en uno de los columpios.
Su mirada se le iluminó al ver que se trataba de él, entró de nuevo en su habitación de un salto, se puso su bata y bajó corriendo al parque tal cual.
Allí estaba él, balanceándose sobre el columpio mientras jugaba con la arena.
Se sentó a su lado, sin decirle nada, le mirada disimuladamentepero él parecía no inmutarse, estaba perdido en aquel diminuto desierto que se hallaba bajo sus pies.

-Bonita noche.-Dijo ella.
-Bueno…-Contestó él desanimado.
-¿Qué te pasa? Nunca te había visto así…
-Aish… Pues… Que te necesito a mi lado, que cada mañana me arrepiento de aquella ‘discusión’ que tuvimos, que no soporto estar a 3 metros de ti sin poder besarte…

Ella se levantó, se dirigió hacia él y se arrodilló frente a él.

-No puedes decirme esto después de tanto tiempo. Yo ya me había hecho a la idea de que no volverías a mi lado. No puedes hacerme esto…
-…Es lo que siento. Me equivoqué es lo único que puedo decirte…-Dijo con la mirada todavía gacha.

Ella le cogió la barbilla y le levantó la mirada hacia sus ojos.

-¿Qué es lo que de veras sientes?
-Siento que a la única persona que de verdad he querido es a ti. Que necesito ver tus ojos negros cada día, y no verlos nunca tristes, como ahora, quiero verlos siempre con su brillo de felicidad y que mi único propósito es que estén siempre así. Que necesito besarte para no ahogarme en mi soledad, que tus besos son mi único apoyo en esta triste vida. Que eres la única persona de la que estuve y estoy enamorado… Que si estás cerca de mí, tarde o temprano, acabaré besándote…
-…Pues bésame, pero solo si ese beso es de verdad y para siempre…-

¿Por qué no entiendes que al igual que tú, yo solo te quiero a ti?

Mιэηtrąs vιvą, эstąrэ эη tus brązσs...*

1 comentario:

Kurisu-chan dijo...

Sencillamente...precioso *O*

Nada más que añadir :)