Brilla, brilla estrellita...

Cada vez que el sol se esconde para jugar un pilla-pilla con la luna, salen unas pequeñas sonrisas en el cielo. Una a una asoman entre la oscuridad de la noche (a la que necesito cotillear con el osito de Carlota, por si el miedo viene a visitarme sin galletas de chocolate) para arroparme con las ovejitas al irme a dormir.
Aunque me acuerdo de ti (y de ella, y de él, y de ellos, y de ellas, y de nosotros...) cada vez que me asomo al balcón, bueno, siendo francos, a la ventana de mi habitación, las cuento historietas para que me hagan reír (y no llorar) a la vez que te recuerdo.

"-Carlota.
-Marta, ¿qué ocurre?
-Tengo algo que decirte...
-¿Pasa algo? ¿No te baja la regla...?
-No... no es eso, Carlota.
-...
-Ella...
-¿Quién? ¿Irma?
-Sí...
-¿Le ha pasado algo? ¿Está bien? ¿Lo ha dejado con Cristian?
-No, Carlota. Está muerta. Muerta...
-Estás de coña, ¿verdad? Mira que eres macabra...
-Se ha suicidado. Yo... Lo siento."

Como joden los recuerdos a pesar de todo.

Eras mi puta estrella.