Ya no te puedo enseñar a volar...

Siempre lo mismo, la misma calle, la misma gente allí a lo lejos.

Veo mis pies moverse en la misma dirección que siempre sin poder hacer nada al respecto.

Ver tu rostro de nuevo, pensar en los besos que me diste, bajar la mirada y cambiar mi dirección de sentido.

Pensar una vez más en los besos que ya no serán míos, pensar que ya no volverás a estar a mi lado en aquel banco donde nos besamos.

Estoy harta de sonreír si en realidad quiero llorar, estoy harta de confiar pasa ser decepcionada.

El gélido aire revuelve mi pelo y congela cada una de las partes de mi cuerpo. Pero mi corazón está aún más frío, la sangre hace ya que ha dejado de circular por mis venas y el frío dificulta más mi respiración, es entonces cuando me doy cuenta de que estoy tirada en el suelo mirándote fijamente, embobada, como si esperase que te acercases a tenderme tu mano para enseñarme a volar. Pero no volé, me levanté y salí corriendo evitando mirar atrás. Me apoyé en la fachada de algún edificio no muy lejano y me dejé caer.

Rompí a llorar, lágrimas amargas como el dolor rodaron por mi rostro, me escondí detrás de mis piernas para no ver nada y sentirme en lo posible sola. Tenía las manos entumecidas, los labios morados, la nariz y los ojos rojos y estaba pálida como la nieve. Una mano rozó la mía, sobresaltada levanté la mirada y allí estaba ella, dispuesta a llorar a mi lado hasta que me cansase, hasta que no necesitase llorar más, después se levantó de un salto y me tendió la mano, y me dijo:

-No soy él, pero si quieres, yo te enseño a volar…-

Relato mío más que conocido... u.u Me repito demasiado pero...

Hemos vuelto a olvidar la promesa de las niñas de tres años...

__________________________

Muñequita de todos, princesita de nadie *