Tú. Yo.

Cogí la barra de carmín y pinté el espejo.
Estaba harta de que todo fuese gris, quería color.
Quería que volvieses. Quería que desaparecieses.

Todo da vueltas cada vez que pienso en ti.
Todo da vueltas cada vez que imagino nuestros labios.
Todo da vueltas cada vez que leo nuestras conversaciones.

Me había calzado esos tacones, aquellos que hiceron perderte.
Me había arreglado demasiado, como aquél día que no te presentaste.
Me había ilusionado tanto, como nunca antes lo había hecho.

Ilusa que cree que todo va a cambiar, que tú volverás, que todo seguirá igual que antes...