Creo que le he cogido manía. Mucha, mucha manía. Y cada vez que veo ahora algo con ese color el mal humor me invade y pongo caras largas (o cortas si me pega el bajón). A cambio, me ponen muecas para que me ria pero solo sonrio de forma pequeñita (como yo, como Carlota) y me como el helado con las penas rotas.
El peligro que tiene la bolsa granate es que tienes que tener cuidado de que no le de mucho el sol cuando vuelves a casa, por que si le da el sol, se deshace. Además, después de que lo que va dentro te haya tocado, no puedes ni saltar, ni correr, ni ir a los columpios... te sientes hinchada, tonta, fea y sin ganas de nada.
Por eso la odio. Sí, creo que es por eso.
Ya hace un año y tres meses que tengo que llevarla conmigo cada quince días, ya hace un año y tres meses que no soy capaz de enfrentame a ello y tengo que llamar a la enfermera.
Lo odio. Lo odio. Lo odio.
2 comentarios:
pues que pena que sepas lo que es, porque creo que no hay nada peor que eso...
si, yo tambien he tenido que cambiar de movil varias veces...
bonito texto ;)
Y aunque no lo veas, siempre hay una manera de deshacerte de la bolsa granate...
Un besazo!
Publicar un comentario